1. Remojar los frijoles en agua la noche anterior. En el mismo agua llevar a ebullición, reducir el calor y cocinar los frijoles lentamente hasta que estén blandos, agregando más agua si fuera necesario. Estilar y reservar el líquido de cocción.
2. En un sartén saltear las cebollas y los pimentones en el aceite hasta que estén blandos. Hacerlos puré en la licuadora. Mezclar con la salsa de tomate, sal, pimienta y orégano. Cocinar, revolviendo, 5 minutos. Agregar los frijoles y cocinar 10 minutos, agregando el líquido de cocción hasta obtener la consistencia deseada. Agregar el azúcar y vinagre. Enfriar y refrigerar. El guiso mejora si se guarda 3 días. Recalentar y corregir la sazón.